domingo, marzo 13, 2005

La vida dos veces - Armando Tejada Gómez

Miren cómo sonaba allá en mi barrio agreste
este nombre caído de los mares lejanos:
Toddy Deussán. Un chico alimentado a lirios.
Una flor de su madre que soñaba otra vida.
Supe que no querían que jugara conmigo
porque yo era la forma del pánico y el hambre
y la más descarada miseria por el mundo.
Pero Toddy, esa gracia hecha de mimbre y aire,
vivía hipnotizado por mi gran aventura.
Cuando huía del ojo celoso de su madre
se acercaba a mi sombra con cierto desenfado,
se mostraba sonriendo sus ignotos tesoros
y me buscaba el lado más pájaro del alma.

El descubrió en mis ojos cierto país del sueño
donde se desnudaba un ángel con harapos,
algunos yacimientos de enterrada inocencia
y un gran rompecabezas de ternura en mis manos. 

Un día, ya vencidos por nuestra resistencia,
los padres me dejaron entrar en el santuario,
nos sirvieron un río de leche y mediaslunas
y yo los deslumbré dibujando caballos.
Después, siguió la vida, como siempre sucede,
volvió el viento de agosto y crecieron los árboles;
sus padres, que tenían el sueño de otra vida,
una tarde ceniza se mudaron de barrio.
Yo olvidé al canallita en un cruce de esquinas,
entré al jornal violento del vino y los obrajes,
vestí los portentosos pantalones del viento
y descubrí mi oficio de fábula y guitarra.
Toddy, se llama A!fredo Deussán, vive en Mendoza,
casó con otro mimbre hace muchos veranos,
seguramente tiene un puñado de niños
y es una pajarera su comedor de diario. 

Acaso, un año de éstos, cuando vuelva al oeste,
llame a su puerta clara y despierte sus pájaros,
sólo porque un amigo es la vida dos veces
y desde aquella tarde no dibujo caballos. 


Armando Tejada Gómez - Cosa de Niños (1991)

Fin de Juego - Armando Tejada Gómez

Estábamos jugando / y nos peleamos. / Dijimos: corto mano / corto fierro.

Lo malo de pelearse, / hay que saberlo, / es que se acaba el juego.

Luego, a patear piedritas, / al baldío. / Solitos, solitarios, / solijuegos.

Armando Tejada Gómez - Cosa de Niños (1991)

Primera Soledad - Armando Tejada Gómez

Hoy mi madre no me quiso. / La he rondado horas enteras / vestido de capitán, / de mago, de marinero / pero nada, no me quiso / ni me ha pegado siquiera.

Salgo a morir al baldío / volteando todas las puertas.

Arde el sol en el silencio / amarillo de la siesta. / Ni gatos ni vigilantes. / Sólo la calle desierta. /

¿Cómo me voy a morír / sin que mí madre me vea?

Armando Tejada Gómez - Cosa de Niños (1991)

Prólogo con Cielo - Armando Tejada Gómez

Una casa sin patio / es una pajarera. / Tiene, como de todo: / tevé, disquetes, / un audiograbador, / videocasetera

Todo, lo tiene todo / pero el cielo está afuera...

Armando Tejada Gómez - Cosa de Niños (1991)

Versos a Susana - Raúl González Tuñón

Un puerto y otro puerto y otro, tal vez mañana / veré otros más lejanos. / Sirve café, sirve café, Susana. / Yo adoro la blancura de tus manos.

La calle es una exclamación inquieta; / la madama está echando los cerrojos. / Déjame ver tu cara, tu careta. / Yo adoro la dulzura de tus ojos.

La flauta del grumete se ha callado / pero el silencio ha sido agujereado / por el filoso alerta de la ronda.

Un parroquiano... Dile que no entre. / Me ahoga el humo de una pena honda. / Y yo alabo el cansancio de tu vientre.

Raúl González Tuñón – El Violín del Diablo, 1926

De vita beata - Jaime Gil de Bledma

En un víejo país ineficiente / algo así como España entre dos guerras / civiles, en un pueblo junto al mar, / poseer una casa y poca hacienda / y memoria ninguna . No leer / no sufrir no escribir no pagar cuentas, / y vivir como un noble arruinado / entre las ruinas de mi inteligencia.

Jaime Gil de Bledma, Antología

Yo, presidente - Antonio Esteban Agüero

Yo, / capitán de pájaros, / general de livianas mariposas, / estoy en Buenos Aires, / la capital del Plata, / para ser presidente / y organizar la Patria.

Detrás mío he dejado / los pueblos que me siguen, / ejércitos de alondras, / la división blindada de los cóndores, / las águilas que saben el sabor de la piedra, / calandrias, / chalchaleros, / chiriguas mañeras, / los secretos lechuzos que me pasan / la información del día y de la noche.

Tengo un millón de caballos / ¿Escucháis su relincho? / Que rodean la urbe por sus cuatro costados, / sus jinetes son muertos de Facundo, / son muertos de Ramírez, / montoneros del Chacho, / sableadores de Pringles, / domadores, / reseros, / rastreadores, / guitarreros, / espectrales jinetes que cabalgan / mi millón de caballos.

Les ruego que se rindan / que depongan las armas, / que guarden los tanques, / y encierren sus cañones, / porque mañana al mediodía / quiero estar en la Plaza de Mayo / sobre viejos balcones del Cabildo / para ser presidente y prestar juramento: / por los ríos de sangre derramada, / por los indios y los blancos muertos, / por el sol y la luna / por la tierra y el cielo / por el padre Aconcagua, / y por el Mar Oceánico / y por todas las hierbas y los bosques / y por todas las flores y los pájaros, / y por el hambre de los niños pobres, / y la tristeza de los niños ricos, / y el dolor de las jóvenes paridas, / y la agonía de los viejos. / Juro. / Yo juro. / Hacer de este país la Patria. / Ordeno que se rindan / porque mañana a mediodía / entraré a Buenos Aires. / Tengo un millón de caballos. / (¿Escucháis su relincho?) / Nadie podrá atajarme.

Antonio Esteban Agüero, La Tierra Canta 1997

Digo la mazamorra - Antonio Esteban Agüero

La mazamorra, ¿sabes?, es el pan de los pobres, / la leche de las madres con los senos vacíos, / -yo le beso las manos al Inca Viracocha / porque inventó el Maíz y enseñó su cultivo-.

Sobre una artesa viene para unir la familia, / saludada por viejos, festejada por niños, / allá donde las cabras remontan el silencio / y el hambre es una nube con las alas de trigo.

Todo es hermoso en ella: la mazorca madura, / que desgranan en noches de viento campesino, / el mortero y la moza con trenzas sobre el hombro / que entre los granos mezcla rubores y suspiros.

Si la prefieres perfecta busca un cuenco de barro, / y espésala con leves ademanes prolijos / del mecedor cortado de ramas de la higuera / que en el patio da sombra, benteveos, e higos.

Y agrégale una pizca de ceniza de jume, / la planta que resume los desiertos salinos, / y deja que la llama le trasmita su fuerza / hasta que asuma un tinte levemente ambarino.

Cuando la comes sientes que el Pueblo te acompaña / a lo largo de valles, por recodos de ríos, / entre las grandes rocas, debajo de cardones / que arañan con espinas el cristal del estío.

El Pueblo te acompaña cada vez que la comes, / llega a tu lado, ¿sabes?, se te pone al oído / y te murmura voces que suben a tu sangre / para romper la niebla del mortal egoísmo.

Porque eres uno y todos, comiendo el alimento / de todos, en la fiesta del almuerzo tranquilo; / la Mazamorra dulce que es el pan de los pobres, / y leche de las madres con los senos vacíos.

Cuando la comes sientes que la tierra es tu madre, / más que la anciana triste que espera en el camino / tu regreso del campo, la madre de tu madre, / -su cara es una piedra trabajada por siglos-.

Las ciudades ignoran su gusto americano, / y muchos ya no saben su sabor argentino, / pero ella será siempre lo que fue por el Inca: / nodriza de los pueblos en el páramo andino.

Antonio Esteban Agüero - Obras Completas, 1987

Cielo Blanco - Hamlet Lima Quintana

No veo el cielo, madre, solo un pañuelo blanco. / No sé si aquella noche yo te estaba pensando / o si un perfil de sombras me acunaba en sus brazos. / pero entré en otra historia con el cielo cambiado.

No me duele la carne que se fue desgarrando, / me duele haber perdido las alas de mi canto, / las posibilidades de estar en el milagro / y recoger las flores que caen de tu llanto.

No quiero que me llores, mírame en tu costado, / mi sangre está en la sangre de un pueblo castigado, / mi voz está en las voces de los iluminados / que caminan contigo por la ronda de Mayo.

No quiero que me llores ahora que te hablo / mi corazón te crece cuando extiendes las manos / y acaricias las cosas que siempre hemos amado: / la libertad y el alma de todos los hermanos.

No sé si aquella noche yo amanecí llorando / o si alguna paloma se me murió de espanto, / solo se que la vida que me esperaba tanto / es el cielo que crece por tu pañuelo blanco.

Hamlet Lima Quintana – Situación Personal, 1984

Gente - Hamlet Lima Quintana

Hay gente que con sólo decir una palabra / enciende la ilusión y los rosales; / que con sólo sonreír entre los ojos / nos inivita a viajar por otras zonas, / nos hace recorrer toda la magia. / Hay gent que con sólo dar la mano / rompe la soledad, pone la mesa, / sirve el puchero, coloca las guirnaldas; / que con sólo empuñar una guitarra / hace una sinfonía de entrecasa. / Hay gente que con sólo abrir la boca / llega hasta todos los límites del alma, / alimenta una flor, inventa sueños, / hace cantar el vino en las tinajas / y se queda después como si nada. / Y uno se va de novio con la vida / desterrando una muerte solitaria / pues sabe que a la vuelta de la esquina / hay gente que es así, tan necesaria.

Hamlet Lima Quintana – Declaración de Bienes (Antología de poesía 1954-92), 1993

Malas Palabras - Armando Tejada Gómez

La palabra tonto / no es / una mala palabra. / La palabra culo / se dice cola, / la palabra mierda / se dice caca. / La palabra pija / se dice pito. / Mi hermanita no tiene. / Le falta la palabra.

Cuando las digo así / como las digo, / los adultos / miran con otro rostro / y con otra mirada

Yo aprendo las palabras / que usan cuando hablan.

¿Serán malas palabras?

Armando Tejada Gómez - Cosa de Niños (1991)

La Pena de Muerte - María Elena Walsh

Fui lapidada por adúltera. Mi esposo, que tenía manceba en casa y fuera de ella, arrojó la primera piedra, autorizado por los doctores de la ley y a la vista de mis hijos.
Me arrojaron a los leones por profesar una religión diferente a la del Estado.
Fui condenada a la hoguera, culpable de tener tratos con el demonio encarnado en mi pobre cuzco negro, y por ser portadora de un lunar en la espalda, estigma demoníaco.
Fui descuartizado por rebelarme contra la autoridad colonial.
Fui condenado a la horca por encabezar una rebelión de siervos hambrientos. Mi señor era el brazo de la Justicia.
Fui quemado vivo por sostener teorías heréticas, merced a un contubernio católico-protestante.
Fui enviada a la guillotina porque mis Camaradas revolucionarios consideraron aberrante que propusiera incluir los Derechos de la Mujer entre los Derechos del Hombre.
Me fusilaron en medio de la pampa, a causa de una interna de unitarios.
Me fusilaron encinta, junto con mi amante sacerdote, a causa de una interna de federales.
Me suicidaron por escribir poesía burguesa y decadente.
Fui enviado a la silla eléctrica a los veinte años de mi edad, sin tiempo de arrepentirme o convertirme en un hombre de bien, como suele decirse de los embriones en el claustro materno.
Me arrearon a la cámara de gas por pertenecer a un pueblo distinto al de los verdugos.
Me condenaron de facto por imprimir libelos subversivos, arrojándome semivivo a una fosa común.
A lo largo de la historia, hombres doctos o brutales supieron con certeza qué delito merecía la pena capital. Siempre supieron que yo, no otro, era el culpable. Jamás dudaron de que el castigo era ejemplar. Cada vez que se alude a este escarmiento la Humanidad retrocede en cuatro patas.

Eche veinte centavos en la ranura (fragmento) - Raúl González Tuñón

A pesar de la sala sucia y oscura / de gentes y de lámparas luminosa, / si quiere ver la vida color de rosa / eche veinte centavos en la ranura. / Y no ponga los ojos en esa hermosa / que frunce de promesas la boca impura. / Eche veinte centavos en la ranura / si quiere ver la vida color de rosa. / El dolor mata, amigo, la vida es dura, / y ya que usted no tiene ni hogar ni esposa / si quiere ver la vida color de rosa / eche veinte centavos en la ranura.

Raúl González Tuñón – El Violín del Diablo, 1926

Soneto - Iván Diez

La encontró en el bulín y en otros brazos. / Sin embargo, canchero y sin cabrearse / le dijo al tiburón: hay que rajarse! / el hombre no es culpable en estos casos!

Y quedando bien solo con la mina, / pidió las alpargatas y ya listo, / murmuró, -cual si nada hubiera visto-: / cebate un par de mates, Catalina!

La mina, jaboneada, le hizo caso... / El tipo, saboreándose un buen faso, / la mateó, chamuyando de pavadas...

Y después, besuqueándole la frente, / con toda educación, amablemente, / le fajó treinta y cuatro puñaladas...!

Ivan Diez (Augusto Arturo Martini 1904-1960). Hay versión grabada por Joan Manuel Serrat, con el nombre "34 puñaladas"

El Velorio - Daniel Giribaldi

Me moriré en París o en el carajo / un día jueves o, si no, un domingo, / en un bulín que está, si no le chingo, / cerca del Rin, el Paraná o el Tajo.

Espicharé a la gurda y no me rajo: / quizás tendré una cacharpaya en gringo / y allí el Jorge y el John, el Paul y el Ringo / tocarán... si andan flojos de trabajo.

Será un velorio piola, tendrá gancho... / Alguien dirá: "fue un punto divertido". / Alguien, tarnbién, me llorará a lo chancho.

Y Alguien, que llegará sin hacer ruido, / silenciará a Los Beatles, lo más pancho. / Y yo me iré con él. Con el Olvido.

El Umbral - Daniel Giribaldi

Sí, ya sé... perdí el tiempo en pajerías / y, creyendo gastarlo en cosas serias, / me vendí en cien mercados y en cien ferias / (mercadería entre mercaderías).

Compré con esa guita chucherías, / revendí fulerías y miserias. / Vacunao contra tifus y difterias / del alma, viví enfermo de alegrías.

Me alegraba escabiar con los amigos, / el calor de las hembras en los telos, / la lluvia afuera, el fato sin testigos.

Nunca me puse luto por mis duelos / y pagué en vida todos los castigos... / ¡Dale, abrime la puerta de los Cielos!

Ella - Heinrich Heine

Se amaban con amor profundo y tierno. / Eran ambos ladrones, gente impía; / El forjaba ganzúas y ella en tanto, / Tendida sobre el lecho se reía... / Pasaba el día alegre, y por las noches / En sus brazos gozaba; mas un día / se lo llevaron preso, y ella, ella / somada al postigo, se reía / "¡Oh!, ven conmigo, ven no me abandones” / El, en su desventura, le decía / " Vivir sin ti no puedo”. Mas la ingrata / Meneaba la cabeza y se reía. / A las ocho lo ahorcaron; a las nueve / Bajaba al fondo de la tumba fría; / A las diez ... a las diez su idolatrada / Apuraba Champagne y se reía.

Heinrich Heine (1797-1856)"Poesías". Traducción de J.A.Pérez Bonalde, 1943

La primera foto de Hitler - Wislawa Szymborska (Polonia)

Y ¿quién es ese muchachito de abrigo desparejo? / Ese es el bebito Adolfo, el varoticito de los Hitler! / ¿Llegará a ser doctor en Derecho cuando sea grande? / ¿O un tenor en la ópera de Viena? / ¿De quien es esa manecita, de quién esa orejita, ojitos y naricita? / ¿De quién esa barrigtiita llena de leche? simplemente no lo sabemos / ¿del editor, el doctor, el comerciante, el sacerdote? / ¿Por dónde van a deambular con el tiempo esos cielitos? / ¿Cerca de un jardín, una escuela, una oficina, una novia? /¿De la hija del burgomaestre, tal vez? / Precioso angelito, solcito de mami, pancito de miel. / Mientras estaba naciendo, hace un año, / no había ninguna escasez de señales en la tierra y cielo: / el sol de la primavera, geranios en las ventanas, / la música del organillo en el patio, / una fortuna venturosa envuelta en papel rosado. / Justo antes del trabajo de parto, el fatídico sueño de su madre. / Ver una paloma en sueños significa buenas noticias / -si es apresada, presagia la llegada de un huésped muy esperado-. / Toc, toc, ¿quién anda allí?, es el corazoncito de Adolfo que golpea.

Un pequeño chupete, pañal, sonajero, babero, / nuestro robusto chiquito está bien, gracias a Dios y tocando madera, /es igualito a sus padres, como un gatito en una canasta, / como la criatura de cualquier álbum familiar. / Shhh, no empieces a llorar, dulce, / la cámara va a gatillar desde abajo del manto negro. / Atelier Klinger, Grabenstrasse, Braunen. / Y Braumen es un pueblo chico pero respetable / -negocios honestos, vecinos corteses, / aroma de masa de levadura, de jabón gris-. / Naclie escucha los aullidos de los perros o los pasos del destino. / Un profesor de Historia se afloja el cuello de la camisa / y bosteza frente a su tarea. /

Ruego - Gustavo Riccio

Señor, te pido poco, / no hay quien menos que yo de ti pretenda / nunca perder mi sensatez de loco / y que enloquezca ella y me comprenda.

sábado, marzo 12, 2005

Desayuno - Jaques Prévert

Echó café, / en la taza. / Echó leche / en la taza de café. / Echó azúcar / en el café con leche. / Con la cucharilla lo revolvió. / Bebió el café con leche. / Dejó la taza / sin hablarme. / Encendió un cigarrillo. / Hizo anillos / de humo. / Volcó la ceniza / en el cenicero / sin hablarme. / Sin mirarme / se puso de pie. / Se puso / el sombrero. / Se puso / el impermeable / porque llovía. / Y se marchó / bajo la lluvia. / Sin decir palabra. / Sin mirarme. / Y me cubrí / la cara con las manos. / Y lloré.

Para ti mi amor - Jaques Prévert

Fui al mercado de pájaros. / Y compré pájaros. / Para ti, / amor mío. / Fui al mercado de flores. / Y compré flores. / Para ti, / amor mío. / Fui al mercado de hierros viejos. / Y compré cadenas. / Pesadas cadenas. / Para ti, / amor mío. / Y después fui al mercado de esclavos. / Y te busqué. / Pero no di contigo, / amor mío.

Anclao en París - Juan Gelman

Al que extraño es al viejo león del zoo, / siempre tomábamos café en el Bois de Boulogne, / me contaba sus aventuras en Rhodesia del Sur, / pero mentía, era evidente que nunca se había movido / del Sahara.

De todos modos me encantaba su elegancia, / su manera de encogerse de hombros ante las pequeñeces de la vida, / miraba a los franceses por la ventana del café / y decía “los idiotas hacen hijos".

Los dos o tres cazadores ingleses que se había comido / le provocaban malos recuerdos y aún melancolía, /
“las cosas que uno hace para vivir" reflexionaba / mirándose la melena en el espejo del café.

Sí, lo extraño mucho, / nunca pagaba la consumición, / pero indicaba la propina a dejar / y los mozos lo saludaban con especial deferencia.

Nos despedíamos a la orilla del crepúsculo, / él regresaba a son bureau, como decía, / no sin antes advertirme con una pata en mi hombro / “ten cuidado, hijo mío, con el París nocturno”.

Lo extraño mucho, verdaderamente, / sus ojos se llenaban a veces de desierto / pero sabía callar como un hermano, / cuando emocionado, emocionado / yo le hablaba de Carlitos Gardel.

Gardel - Humberto Constantini

Para mí, lo inventamos. / Seguramente fue una tarde de domingo,/ con mate,/ con recuerdos,/ con tristeza,/ con bailables bajito, en la radio, / después de los partidos.
Seguramente nos dolía una foto en la pared, / algún no tengo ganas, / algún libro.
Yo creo que andaríamos así, / sonsos de aburrimiento, / solitariando viejos para qués, / sin mujer o sin plata, / y desabridos.
Seguramente nos sentimos de golpe / terriblemente solos, / muy huérfanos, muy niños. / Tal vez tocamos fondo. / Tal vez alguien pensó en el amasijo.
Entonces, qué sé yo, / nos pasó algo rarísimo. / Nos vino como un ángel desde adentro / nos pusimos proféticos, / nos despertamos bíblicos. / Miramos hacia las telarañas del techo / nos dijimos: / "Hagamos pues un Dios a semejanza / de lo que quisimos ser y no pudimos. / Démosle lo mejor, / lo más sueño y más pájaro / de nosotros mismos.
Inventémosle un nombre, una sonrisa, / una voz que perdure por los siglos / un plantarse en el mundo, lindo, fácil / como pasándole ases al destino.” / Y claro, lo deseamos / y vino. / Y nos salió morocho, glorioso, engominado, / eterno como un Dios o como un disco. / Se entreabrieron los cielos de costado / y su voz nos cantaba: / mi Buenos Aires querido
Eran como las seis, / esa hora en que empiezan los bailables / y ya acabaron todos los partidos.

Todesfuge (Muerte en Fuga) - Paul Celan

Paul Celan (Paul Anschtel) publicó este poema en 1947 . En él hace alusión a su experiencia como prisionero de los nazis en un campo de concentración en Janowska, cerca de Czernowitz, Ucrania, en donde los guardias SS del campo obligaban a los violinistas judíos a tocar música, en especial una pieza conocida como "El tango de la muerte" (basado en el tango "Plegaria" del músico argentino Eduardo Bianco) durante trabajos, marchas, castigos y ejecuciones.

Leche negra del alba la bebemos de tarde / la bebemos al mediodía y de mañana la bebemos de noche / bebemos y bebemos / cavamos una tumba en los aires allí no hay estrechez. / Un hombre vive en la casa juega con las serpientes escribe / escribe al oscurecer a Alemania tu cabello de oro Margarita / lo escribe y sale de la casa y relampaguean las estrellas silba a sus perros aquí / silba a sus judíos allá manda cavar una tumba en la tierra / nos ordena ahora toquen música de baile.

Leche negra del alba te bebemos de noche / te bebemos de mañana y al mediodía te bebemos de tarde / bebemos y bebemos / Un hombre vive en la casa juega con las serpientes escribe / escribe al oscurecer a Alemania tu cabello de oro Margarita / Tu cabello de ceniza Sulamita cavamos una tumba en los aires allí no hay estrechez

Grita hinquen más profundamente en el reino de la tierra los otros canten y toquen / echa mano del fierro en el cinto lo agita sus ojos son azules / hinquen más profundamente las palas los otros sigan tocando música de baile /

Leche negra del alba te bebemos de noche / te bebemos al mediodía y de mañana te bebemos de tarde / bebemos y bebemos / Un hombre vive en la casa tu cabello de oro Margarita / tu cabello de ceniza Sulamita jueega con las serpientes

Grita toquen más dulcemente a la muerte la muerte es un maestro de Alemania / grita tañan más sombríamente los violines luego ascenderán como humo en el aire / luego tendrán una tumba en las nubes allí no hay estrechez.

Leche negra del alba te bebemos de noche / te bebemos al mediodía la muerte es un maestro de Alemania / te bebemos de tarde y de mañana bebemos y bebemos /la muerte es un maestro de Alemania su ojo es azul / te dispara con bala de plomo te dispara certero.Un hombre vive en la casa tu cabello de oro Margarita / azuza sus perros contra nosotros nos regala una tumba en el aire / juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro de Alemania / tu cabello de oro Margarita / tu cabello de ceniza Sulamita

Hombre de Mala Voluntad - Mario Benedetti

Cuando volvés a la tarde como a un oasis / y tu mujer te espera linda y ávida / y cree en la provincia de tu silencio / que hace tiempo vendiste al enemigo / cuando volvés de tarde como un padre mágico / y el gurí te salpica de inocencia / y te mira como mira un gorrión a ese cielo / del que hace tiempo te descolgaste / cuando te arrellanás en la dulzura / y la seguridad te envuelve como un aliento / y ves en las ventanas el otoño / esa reflexiva estación de lealtades / cuando una paz tan expugnable / trata de instalarse nada menos que en vos / y te das cuenta de que algo no marcha / porque ya no sabés qué hacer con ella / cuando el calorcito del hogar te acepta / y tu vieja entorna los ojos para oir / eine kleine nachtmusik o la última curda / o los cierra con modorra octogenaria / cuando toda la jornada se resume / en la gan disculpa que te enceniza / y preferís no abrir el diario de la noche / porque sabés todo lo que se calla / cuando metés el índice en el vaso de bohemia / para mover el hielo en el old smuggler / y el frío te sube de la yema al corazón / y después te baja del cuore a las tripas / cuando tu hijo diga buenas noches / y te bese el mentón y se pinche / y comprendas que sos para el / más o menos la bienaventuranza / cuando tu madre diga buenas noches / y se retire con tu infancia a cuestas / y la veas moverse paso a paso / como si no pudiera con la carga / cuando tu mujer diga buenas noches / y no vaya a dormir sino a esperarte / bajo las sábanas almidonadas / que cambió en tu homenaje / cuando todos te dejen en el living / a solas con tu húmedo bigote / y la mirada opaca como nunca / y el tocadiscos que se detiene solo / mejor lo pasarías si no tuvieras / en la retina y en los tímpanos / el rostro el puño el alarido / del muchachito de ojos claros / de mejillas pecosas / de bien marcado costillar / de rodillas casi puntiagudas / de piernas que saltaban como peces / cuánto mejor lo pasarías / si la memoria no fuese tan cabrona / como para mostrarte y volverte a mostrar / aquella desnudez indoblegable / y sobre todo aquellos ojos clarísimos / que te miraban como no creyendo / que vos el de corbata fueras / tan sólo una palanca de patíbulo / cuánto mejor lo estarías pasando / si te olvidaras para siempre / de ese recuerdo tan fresquito / tan acabado de nacer / tan intacto que es como si vieras / la boca que llegaba hasta el mismísimo / borde de la derrota y se mordía / y empezaba a morirse de victoria / cómo será la cosa que no te odiamos / fijate vos cómo será la cosa / que no te hacemos ese amargo honor / hombre de mala voluntad pobre hombre / quizá te alcance con los ojos / de tu botija macanudo y frágil / mañana o pasadomañana te miren / porque estas cosas siempre se propagan / o el mes que viene o el año próximo / te miren esos ojos como no creyendo / claros también y no creyendo pero / ya no será mirada de gorrión / ojos claros te miren como no creyendo / pero creyendo al fin y al cabo / no con mirada de gorrión / pero creyendo al fin y al cabo / entonces pobre hombre de mala voluntad / ni siquiera juntando todo el odio / que quede disponible en el mercado / ninguno de nosotros podrá odiarte / como vos mismo te odiarás.

El Viento en la Isla - Pablo Neruda

El viento es un caballo / óyelo como corre / por el mar, por el cielo. / Quiere llevarme: escucha / cómo recorre el mundo / para llevarme lejos. / Escóndeme en tus brazos / por esta noche sola, / mientras la lluvia rompe / contra el mar y la tierra / su boca innumerable. / Escucha como el viento / me llama galopando / para llevarme lejos. / Con tu frente en mi frente, / con tu boca em mi boca, / atados nuestros cuerpos / al amor que nos quema, / deja que el viento pase / sin que pueda llevarme. / Deja que el viento corra / coronado de espuma, / que me llame y me busque / galopando en la sombra, / mientras yo, sumergido / bajo tus grandes ojos, / por esta noche sola / descansaré, amor mío.

Malas Palabras - Juan Carlos Baglietto

Más aquí, o más allá / las cosas ocupan siempre su lugar / y al final, al final / la rueda jamás dejará de rodar.La razón sin fuerza / las malas palabras / los gritos de muchos / cuando tienen rabia / los hijos, la pizza / la gente que ama / las tetas, tu culo, / tu olor, tus entrañas.
Las manos que tocan / sin tener pudores / la furia, la sangre / la fe en los creadores / la música, el fuego / el rojo del vino / los bajos instintos / los altos valores / el olor del aire / el sudor, los tacos / la gola de algunos / míticos cantores / el fútbol, la risa / el sol de mañana / las camisas suaves / el ruido del agua / el gusto del whisky / perdón sin rencores / los cuadros de Berni / los buenos autores / los libros del ciego / los viejos olores / meter la cabeza / por tus corredores.
Y al final al final / el mundo se mueve hacia otro lugar / más aquí, o más allá / la vida te otorga otra oportunidad.
La muerte, las bombas / vengan de qué bando / de donde provengan / el miedo o el asco / la angustia, el choreo / las botas, los sables / el turco, el chamuyo / la sed, los cobardes / los que dicen siempre / cuidate, cuidate / quedate en contacto / pero no me llames / el amarillismo / la tv de chismes / las mesas redondas / los críticos de arte / los niños de ricos / que sienten tristeza / y los chicos pobres / que se cagan de hambre. / Los interventores / porteros y afines / las leyes de prepo / agentes del orden / el iva a la música / el lunes, el frío / el yenga, la artrosis / la culpa, el olvido / fundamentalistas / lúmpenes y traidores / mártires de día / soplones de noche.
Más aquí, o más allá / el mundo se mueve hacia otro lugar / y al final, al final / por fin la justicia nos redimirá.
Garúa, naranjo / Grisel, los mareados / Gardel, los redondos / el Cuchi, el Polaco / las nominaciones / las malas personas / la vida en reality / los discos de Arjona / El flaco, Piazzolla / Olmedo, el teatro / Lennon y McCartney / las madres de tantos / los jueces corruptos / caja de empleados / los ingresos brutos / el default y el pelado.
Y al final, al final / la rueda jamás dejará de rodar / más aquí, o más allá / la vida te otorga otra oportunidad.Los goles de comba / lo que nos dan tanto / todas las mujeres, / la risa y el llanto / el diezmo, las coimas / los malos presagios / los brutos ingresos / la Iglesia, el Senado / la fe, los amigos / los buenos presagios / las guitarras viejas / la vieja y el tango / los colonialistas / el hambre, las guerras / el culto a las drogas / venga de quien venga.
Los gritos de muchos / cuando tienen rabia / la razón la fuerza / las malas palabras.

Los Amantes - Baldomero Fernández Moreno

Ved en sombras el cuarto, y en el lecho / desnudos, sonrosados, rozagantes, / el nudo vivo de los dos amantes / boca con boca y pecho contra pecho.

Se hace más apretado el nudo estrecho, / bailotean los dedos delirantes, / suspéndese el aliento unos instantes... / y he aquí el nudo sexual deshecho.

Un desorden de sábanas y almohadas, / dos pálidas cabezas despeinadas, / una suelta palabra indiferente,

un poco de hambre, un poco de tristeza, / un infantil deseo de pureza / y un vago olor cualquiera en el ambiente.

Despabílate Amor - Mario Benedetti

Bonjour buon giorno guten morgen / despabílate amor y toma nota / sólo en el tercer mundo / mueren cuarenta mil niños por día / en el plácido cielo despejado / flotan los bombarderos y los / buitres / cuatro millones tienen sida / la codicia depila la amazonia

buenos días good morning / despabílate / en los ordenadores de la abuela / onu / no caben más cadáveres de / ruanda / los fundamentalistas degüellan a / extranjeros / predica el papa contra los / condones / havelange estrangula a maradona

bonjour monsieur le maire / forza italia buon giorno / guten morgen ernst junger / opus dei buenos días / good morning hiroshima

despabílate amor / que el horror amanece

Canción Esdrújula - Adrián Abonizio

Pibes escuálidos / rubias histéricas / perros nostálgicos / y focas antárticas / lunas fatídicas / gordos palúdicos / sexo inalámbrico / y goles estrábicos / en horas buenas / los buenos parásitos / en horas malas / los malos arácnidos / venenos fálicos / que entran en pánico /viendo al tráfico / del beto mársico / alma escolástica / y ángel potásico / leyes impúdicas / jefes afásicos / viudas hipnóticas / falsos agnósticos/ tortura fóbica / error de diagnóstico/ ay!
Magos misóginos / falsos metódicos / madres voltaicas / y bodas católicas / sangre antirrábica / y bombas satánicas / almuerzo escuércico / y muertes fantásticas / aves marías / criadas a plástico / tangueros cómicos / y besos cáusticos / concursos mágicos / balazos prácticos / novias sarcásticas / hechas a máquina / pugliese único / limpio y onírico / brillos de túnicas / lifting lunáticos / crazys macáyicos / gatillo islámico / ratas asiáticas / comidas rápidas / ay!
Tengo una ciática / de tanto ácido / un sueldo único / y un hijo póstumo / ningún monómico / me otorga un préstamo / preso del próximo / programa hipócrita / frics terroríficos / venden pacíficos /culos estrábicos / y patria monárquica / un abuelito / del paleolítico / con un acrílico / mata a un político / y mis pronósticos / sin mis mayúsculas / un sueño náutico / el alma reumática / rubias histéricas / fé de fanáticos / rayos catódicos / canción esdrújula / ay!

Fotos del Mundo - Juan Carlos Baglietto

Lo primero que hizo Gardel en la ciudad de Nueva York / fue pedir en el hotel un espejo / donde pegar el retrato de la República Argentina. / Del millón de fotos que caben en la vida / la de Gardel en soledad cruzando el puente de Brooklin, / es la foto más querida.
Lo primero que hizo Gardel en la ciudad de Nueva York / fue recortar una muñeca de satén / cuyas piernas lo hacían acordar a la Reina del Plata. / Del millón de fotos que caben en la vida / la de Gardel mandando una postal de Wall Street / a los muchachos del Abasto, es la foto más querida.
Lo primero que hizo Gardel en la ciudad de Nueva York / fue comprar un diccionario para ver / cómo se decía "mano a mano", / los otarios, las amigas y el gavión. / Del millón de fotos que caben en la vida / la de Gardel buscando la cruz del Sur / en el cielo de los Estados Unidos / es la foto más querida.
Y lo último que hizo Gardel en la ciudad de Nueva York / fue darse una biaba con Glostora, / sabiendo que pasaría mucho tiempo / antes de volver a oír hablar de la gomina.

El Remordimiento - Jorge Luis Borges

He cometido el peor de los pecados/ que un hombre puede cometer. / No he sido feliz. / Que los glaciares del olvido / me arrastren y me pierdan, despiadados. / Mis padres me engendraron para el juego / arriesgado y hermoso de la vida, / para la tierra, el agua, el aire, el fuego. / Los defraudé. No fui feliz. / Cumplida no fue su joven voluntad. Mi mente / se aplicó a las simétricas porfías / del arte, que entreteje naderías. / Me legaron valor. No fui valiente. / No me abandona. Siempre está a mi lado / la sombra de haber sido un desdichado.

1964 - Jorge Luis Borges

I
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado. / Ya no compartirás la clara luna / ni los lentos jardines. Ya no hay una / luna que no sea espejo del pasado. / Cristal de soledad, sol de agonías. / Adiós las mutuas manos y las sienes / que acercaba el amor. Hoy sólo tienes / la fiel memoria y los desiertos días. / Nadie pierde (repites vanamente) / sino lo que no tiene y no ha tenido / nunca, pero no basta ser valiente / para aprender el arte del olvido. / Un símbolo, una rosa, te desgarra / y te puede matar una guitarra.
II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa. / Hay tantas otras cosas en el mundo; / un instante cualquiera es más profundo / y diverso que el mar. La vida es corta / y aunque las horas son tan largas, una /oscura maravilla nos acecha, / la muerte, ese otro mar, esa otra flecha / que nos libra del sol y de la luna / y del amor. La dicha que me diste / y me quitaste debe ser borrada; / lo que era todo tiene que ser nada. / Sólo me queda el goce de estar triste, / esa vana costumbre que me inclina / al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.