martes, julio 19, 2005

Quiero ver, quiero ser, quiero entrar - Charly García

Presentame al señor tiempo. / Se fue con vos, / murió en abril. / Si se lo contaste al viento, / yo no lo ví, / yo no lo ví.
Si me preguntas quién a ocupado mis días: / yo no lo sé, / yo no lo sé. / Si me preguntas qué a pasado entre mis manos, / yo no lo sé, / no lo toqué.
Invitame a ver tu historia; / nunca diré / que ya la sé. / Escondeme en tu memoria, / quiero vivir, / quiero vivir.
Y describime los lugares donde has ido, / quiero viajar, / quiero seguir. / Y explicame hasta dónde has llegado, / quiero saber / dónde morí.
Quiero ver, / quiero ser, / quiero estar. / Quiero andar, / penetrar, / quiero entrar.
Remontame en un barrilete, / quiero volar, / quiero volar. / Contame un cuento de hadas, / quiero soñar, / quiero soñar.
Y recordame si alguna vez te he mirado, / quiero llorar, / quiero llorar. / Y abrime ahora las tres puertas de tu vida. / Quiero ver, / quiero ser, / quiero entrar.

No te puedo olvidar - Manuel J. Castilla

No te puedo olvidar / cada tarde tus ojos tristes vuelven a mi; / y lejano se va, por las calles donde miramos, / herido el cielo crepuscular.
Alumbraba tu voz / nuestro paso en la noche clara llena de ti; / y la niebla del mar nos rodeaba de un leve sueño / y era infinita la soledad.
Yo busco un olvido, / dónde lo hallaré. / Si lo encuentro, qué triste, /ay!, con mi sombra me quedaré.
Siempre vas junto a mi. / Cada cosa que miro ya la vimos los dos, / cuando el lento vagar / se quedó el lucero en tus manos / en el dorado tiempo de amar.
No te puedo olvidar. /Ando solo en la noche, siempre, nombrandote. / A la orilla del mar / dice el viento que oye tu nombre, / amor que nunca regresarás.
Yo busco un olvido, / dónde lo hallaré. / Si lo encuentro, qué triste, / ay!, con mi sombra me quedaré.

Nostalgias del futuro - Armando Tejada Gómez

El mundo se ha achicado grandemente, / he visto caer muros como pajas / en el otro hemisferio de la muerte. / Televisadamente.

He sentido nostagias del futuro, / cuando el futuro era una metáfora; / y la música andaba con nosotros / multiplicando cielos y galaxias.

El día estaba allí tan disponible, / era como si nada, / un manotón de luz, un santo y seña / a la puerta de casa

Audazmente, la vida era la vida / y la muerte una vieja solitaria. / De esa mirada que miraba lejos / tengo ahora nostalgias.

Nos pensábamos nuevos, nuevamente; / si acaso nos pensábamos / la fiesta era del vino y los amores. / Otra vez, otro siglo, otra mañana.

Alfarera del tiempo que vivíamos / desmesuradamente así, desmesurados. / Teníamos un sueño continente / y un poema en la mira y en la mirada.

El día estaba allí tan disponible / era como si nada / un manotón de luz, un santo y seña / a la puerta de casa

Audazmente, la vida era la vida / y la muerte una vieja solitaria / de esa mirada que miraba lejos / tengo ahora nostalgias.

De esos cojones por tener futuro / es que tengo nostalgias.




domingo, julio 10, 2005

Pequeña confesión - Jorge Teillier

En memoria de Sergei Esenin

Sí, es cierto, gasté mis codos en todos los mesones. / Me amaron las doncellas y preferí a las putas. / Tal vez nunca debiera haber dejado / El país de techos de zinc y cercos de madera.

En medio del camino de la vida / Vago por las afueras del pueblo / Y ni siquiera aquí se oyen las carretas / Cuya música he amado desde niño.

Desperté con ganas de hacer un testamento / -ese deseo que le viene a todo el mundo- / Pero preferí mirar una pistola / La única amiga que no nos abandona.

Todo lo que se diga de mí es verdadero / Y la verdad es que no me importa mucho. / Me importa soñar con caminos de barro / Y gastar mis codos en todos los mesones.

"Es mejor morir de vino que de tedio" / Sin pensar que pueda haber nuevas cosechas. / Da lo mismo que las amadas vayan de mano en mano / Cuando se gastan los codos en todos los mesones.

Tal vez nunca debí salir del pueblo / Donde cualquiera puede ser mi amigo. / Donde crecen mis iniciales grabadas / En el árbol de la tumba de mi hermana.

El aire de la mañana es siempre nuevo / Y lo saludo como a un viejo conocido, / Pero aunque sea un boxeador golpeado / Voy a dar mis últimas peleas.

Y con el orgullo de siempre / Digo que las amadas pueden ir de mano en mano / Pues siempre fue mío el primer vino que ofrecieron / Y yo gasto mis codos en todos los mesones.

Como de costumbre volveré a la ciudad / Escuchando un perdido rechinar de carretas / Y soñaré techos de zinc y cercos de madera / Mientras gasto mis codos en todos los mesones.