domingo, agosto 24, 2008

Poema de Amor – Roque Dalton

Los que ampliaron el Canal de Panamá / (y fueron clasificados como “silver roll” y no como “gold roll”) / los que repararon la flota del Pacífico en las bases de California, / los que se pudrieron en las cárceles de Guatemala, / México, Honduras, Nicaragua, / por ladrones, por contrabandistas, por estafadores, por hambrientos, / los siempre sospechosos de todo / (“me permito remitirle al interfecto por esquinero sospechoso / y con el agravante de ser salvadoreño”), / los que llenaron los bares y los burdeles de todos los puertos / y capitales de la zona / (“La Gruta Azul”, “El Calzoncito”, “Happyland”), / los sembradores de maíz en plena selva extranjera, / los reyes de la página roja, / los que nunca sabe nadie de dónde son, / los mejores artesanos del mundo, / los que fueron cosidos a balazos al cruzar la frontera, / los que murieron de paludismo, / o de las picadas del escorpión o la barba amarilla / en el infierno de las bananeras, / los que lloraron borrachos por el himno nacional / bajo el ciclón del Pacífico o la nieva del norte, / los arrimados, los mendigos, los marihuaneros, / los guanacos hijos de la gran puta, / los que apenitas pudieron regresar, / los que tuvieron un poco más de suerte, / los eternos indocumentados, / los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo, / los primeros en sacar el cuchillo, / los tristes más tristes del mundo, / mis compatriotas, / mis hermanos.

Ando Bien - Daniel Salzano

De amigos ando bien / Supongamos que estoy en un bar / rodeado de sillas/ ¿Qué hora tiene mozo? / Son las once y diez / ¿Qué hora tiene mozo?/ Son las once y veintitrés / De amigos ando bien / pero son las doce menos cinco / y las sillas siguen vacías.
De libros ando bien / en eso las cosas no han cambiado/ sigo calentándome / con libros / debajo de las sábanas / Estoy esperando / ir al psicoanalista / para darle mi opinión: / duermo con libros / doctor / porque soy un niño / de sesenta años / que le teme a la ignorancia.
De penas ando bien / las penas se meten en la vida / a una cierta edad / y van aumentando de peso / Cuando digo que de penas ando bien / quiero decir que me usan el champú / el teléfono / y me ocupan el sillón / como Clint Eastwood / con las botas encima de la mesa
De penas ando bien / y de lluvias / también / Podría describir / con lujo de detalles / cómo quedan las botas de la pena / después de pisar el agua de la lluvia / Ando bien / en serio / ando muy bien.
De sueños ando bien / cuando no sueño que reparto besos al voleo / es que viene el chico de La isla del tesoro y me pregunta no se qué cosa / quiero decir que de pibes ando bien / De penas ando bien / Y de ausencias : / en el diario busco la página de los muertos / y paso la yema del pulgar / sobre las palabras / y las fotos.
De fotos ando bien / Tengo una de Orson Welles / otra del Pato Donald / y una del año 1983 / en la que salgo / después de las elecciones / levantando los brazos / oé oé oé / Del corazón en cambio / no ando bien / me parezco al cieguito / que vende lotería / en la puerta de Barujel / tengo el 77 / los puñales / tengo el 18 / la sangre.

sábado, agosto 16, 2008

Mar Eterno - José Emilio Pacheco

Digamos que no tiene comienzo el mar / Empieza donde lo hallas por vez primera / y te sale al encuentro por todas partes

No me Arrepiento de Nada - Gioconda Belli

Desde la mujer que soy, / a veces me da por contemplar / aquellas que pude haber sido: / las mujeres primorosas, / hacendosas, buenas esposas, / dechado de virtudes, / que deseara mi madre. / No sé por qué / la vida entera he pasado / rebelándome contra ellas. / Odio sus amenazas en mi cuerpo. / La culpa que sus vidas impecables, / por extraño maleficio, me inspiran. / Reniego de sus buenos oficios; / de los llantos a escondidas del esposo, / del pudor de su desnudez / bajo la planchada y almidonada ropa interior. / Estas mujeres, sin embargo, / me miran desde el interior de los espejos, / levantan su dedo acusador / y, a veces, cedo a sus miradas de reproche / y quiero ganarme la aceptación universal, / ser la "niña buena", la "mujer decente" / la Gioconda irreprochable. / Sacarme diez en conducta / con el partido, el estado, las amistades, / mi familia, mis hijos y todos los demás seres / que abundantes pueblan este mundo nuestro. / En esta contradicción inevitable / entre lo que debió haber sido y lo que es, / he librado numerosas batallas mortales, / batallas a mordiscos de ellas contra mí / -ellas habitando en mí queriendo ser yo misma- / transgrediendo maternos mandamientos, / desgarro adolorida y a trompicones / a las mujeres internas / que, desde la infancia, me retuercen los ojos / porque no quepo en el molde perfecto / de sus sueños, / porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,/ que se enamora / como alma en pena / de causas justas, hombres hermosos, / y palabras juguetonas. / Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada, / e hice el amor sobre escritorios / -en horas de oficina- / y rompí lazos inviolables / y me atreví a gozar / el cuerpo sano y sinuoso / con que los genes de todos mis ancestros / me dotaron. / No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones. / No me arrepiento de nada, como dijo Edith Piaf. / Pero en los pozos oscuros en que me hundo, / cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos, / siento las lágrimas pujando; / veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo, / blandiendo condenas contra mi felicidad. / Impertérritas niñas buenas me circundan / y danzan sus canciones / infantiles contra mí / contra esta mujer / hecha y derecha, / plena. / Esta mujer de pechos en pecho / y caderas anchas / que, por mi madre y contra ella, / me gusta ser.

Amé su Cuerpo Entonces - Otto Raúl González

Amé su cuerpo entonces y su alma. / Su piel fue para mí la tierra firme; / la soñé como un sexto continente / no registrado en mapas todavía. / Soñé con la bahía de su boca. / Su pelo era una selva virgen / que abría su misterio mineral y oscuro. / Soñé con las ciudades de sus pechos. / Los ríos de las venas que afloran en su piel / eran rutas abiertas / a la navegación y al gozo. / Se podía viajar en su mirada. / En las blancas llanuras de sus manos / yo cultivé el maíz y buenas relaciones. / Después no pude estar sino en su cercanía.

sábado, agosto 09, 2008

Yo Estudiaba en el Extranjero en 1953 – Roque Dalton

Era la época en que yo juraba / que la Coca Cola uruguaya era mejor que la / Coca Cola chilena / y que la nacionalidad era una cólera llameante / como cuando una tipa de la calle Bandera / no me quiso vender otra cerveza / porque dijo que estaba ya demasiado borracho / y que la prueba era que yo hablaba harto raro / haciéndome el extranjero / cuando evidentemente era más chileno que los porotos.

La Felicidad – Daniel Salzano

La primera vez que fui feliz / tenía siete meses / y una mujer / que no conozco / me pasaba el dedo por el filo de la cara / al mismo tiempo que me hablaba / No entendía lo que decía / pero la escuchaba / No era lo mismo que cuando me arrojaban / como una pelota / Estaba bien sujeto / Estaba bien querido / La felicidad olía a lejía / y a colonia de la Casa Gesell.

La segunda vez fue cuando trajeron a Silver / el caballo de El Llanero Solitario / y lo instalaron a orillas del Suquía /debajo de una carpa / El caballo estaba embalsamado/ pero si cerraba los ojos / mientras le pasaba la mano por el pelo / apenas se notaba / La felicidad costaba un peso / Un peso la entrada.

La tercera fue la vez que vi de espaldas / a mi papá y a mi mamá / sentados / después de almorzar/ en la cocina / El llevaba puesto su famoso anillo de ferrocarrilero / y ella lo tenía de la mano / Las ollas / al fuego / murmuraban / La felicidad era tan fugaz / como las burbujas que subían y bajaban / a lo largo de un sifón / azul / de Egea y Sánchez.

A veces / en la Plaza España/ saco una moneda / la tiro para arriba / y digo si sale cara voy a ser feliz / pero la moneda no cae / borda el aire / rebota / se atasca/ se bifurca / y después corre / a lo largo de Chacabuco / Ustedes saben cómo es esa bajada / La felicidad es un racimo de palabras / y después se acaba.

Ciervos - Jorge Accame

Desde el octavo piso / donde he vivido por tres meses / contemplo el parque y el río / la nieve ha caído durante dos noches / y todo está blanco.

Nunca vi nada asombroso en este parque / pero hoy a la madrugada algo me despertó / y me asomé a la ventana: / una cierva y su pequeño hijo vinieron / desde el bosque tranquilamente / y se detuvieron frente a la carretera / Sus cuerpos parecían dos pedazos de fuego / ondulando en la oscuridad
Tomé el teléfono / y marqué un número cualquiera del edificio / Al otro lado oí una voz de mujer / “hay dos ciervos en el parque” / le dije emocionado / “¿Qué? “ / “Dos ciervos”, repetí / y escuché cómo apoyaba el tubo sobre la mesa / Se hizo un silencio / y al cabo de unos segundos / la mujer tomó el tubo otra vez / “Gracias”, dijo y colgó

Volví a la ventana / Los ciervos observaron con curiosidad / los automóviles que pasaban / mientras sus alientos humeaban en el aire helado / y partieron otra vez rumbo al bosque
Con quién me habré encontrado / por algunos segundos / sobre sus cuerpos calientes

Poema - Julio Cortázar

Gracias por este poema, Dolores !!

Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores blanquísimos / donde se juegan las fuentes de la luz, / te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz, / voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago y cintas que / dormían en la lluvia. / No quiero que tengas una forma, que seas precisamente lo que / viene detrás de tu mano, / porque el agua, considera el agua, y los leones cuando se disuelven / en el azúcar de la fábula, / y los gestos, esa arquitectura de la nada, / encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro. / Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo, / pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo lacio, / esa sonrisa. / Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino es también la luna y el espejo, / busco esa línea que hace temblar a un hombre / en una galería de museo.

Además te quiero, y hace tiempo y frío.
Último Round, México D.F., Siglo XXI Editores, 1984