A un pase de Didí, Garrincha avanza / con el cuero a los pies, el ojo atento, / marea una vez, y dos, luego descansa / como midiendo el riesgo del momento.
Tiene el presentimiento, y va y se lanza / más rápido que el propio pensamiento, / marea dos veces más, la bola danza / feliz entre sus pies, ¡los pies del viento!
En éxtasis, la multitud contrita, / en un acto de muerte se alza y grita / en unísono canto de esperanza.
Garrincha, el ángel, oye y asiente: ¡goooool! / Es pura imagen: la G patea la O / dentro del arco, la L. ¡Es pura danza!".
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