Mañana llevaré toda mi ropa
a la lavandería:
las medias, el bóxer,
la tanga que olvidaste,
mi piel.
Y leeré a Eagletón
mientras espere
que el tiempo redondee
esta desnudez.
Haré mis últimos "no, no"
al compás del lavarropas
como si fueran versos
de baja espuma.
Me vestiré de mí
con otro perfume
y, como el día de tu adiós,
saldré por adelante,
pero con otra elegancia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario