Es una lástima que no estés conmigo / cuando miro el reloj y son las cuatro / y acabo la planilla y pienso diez minutos / y estiro las piernas como todas las tardes / y hago así con los hombros para aflojar la espalda / y me doblo los dedos y les saco mentiras.
Es una lástima que no estés conmigo / cuando miro el reloj y son las cinco / y soy una manija que calcula intereses / o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas / o un oído que escucha como ladra el teléfono / o un tipo que hace números y les saca verdades.
Es una lástima que no estés conmigo / cuando miro el reloj y son las seis. / Podrías acercarte de sorpresa / y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos / yo con la mancha roja de tus labios / tú con el tizne azul de mi carbónico.
1 comentario:
Benedetti con la verdad de la mano de la poesía. Esa forma suya de desvelar lo oculto, en versos simples de doble faz.
El sentido figurado es manejado con destreza... ¡Pero quién soy yo para decirlo! "Naides".
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