sábado, septiembre 28, 2019

Mi padre no me enseñó - Emilio Baszo

Mi padre no me enseñó
a ser hombre
no me habló de sexo
de respeto ni de qué es una vocación
No me miraba seguido a los ojos
buscaba el amor de las manos
acariciar mi pelo
agarrar el dedo del pie
durante muchos años fuimos
enemigos declarados
pensábamos distinto
mi mundo y el suyo eran diametralmente
opuestos
yo lo odiaba
él me cuidaba, desde lejos
cómo había aprendido de su padre
Me llevó a karate, inglés y voley
él nunca practicó deportes
ni hablo otra lengua
en casa silbaba mucho
y cantaba Mi buenos Aires querido
imitaba pésimo a Gardel
Nunca lo vi bailar ni llorar
eso me parece extraño
y hasta se lo reprocho

el fruto reclama del árbol:
Eh tu porque no me enseñaste a madurar?

Pero hay un tiempo para todo
y en algunos días
encuentro su risa saliendo de mi boca
como un rayo que parpadea antes de la tormenta

La desaparición de una familia - Juan Luis Martínez

1. Antes que su hija de 5 años
se extraviara entre el comedor y la cocina,
él le había advertido: “-Esta casa no es grande ni pequeña,
pero al menor descuido se borrarán las señales de ruta
y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza”.

2. Antes que su hijo de 10 años se extraviara
entre la sala de baño y el cuarto de los juguetes,
él le había advertido: “-Esta, la casa en que vives,
no es ancha ni delgada: sólo delgada como un cabello
y ancha tal vez como la aurora,
pero al menor descuido olvidarás las señales de ruta
y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza”.

3. Antes que “Musch” y “Gurba”, los gatos de la casa,
desaparecieran en el living
entre unos almohadones y un Buddha de porcelana,
él les había advertido:
“-Esta casa que hemos compartido durante tantos años
es bajita como el suelo y tan alta o más que el cielo,
pero, estad vigilantes
porque al menor descuido confundiréis las señales de ruta
y de esta vida al fin, habréis perdido toda esperanza”.

4. Antes que “Sogol”, su pequeño fox-terrier, desapareciera
en el séptimo peldaño de la escalera hacia el 2º piso,
él le había dicho: “-Cuidado viejo camarada mío,
por las ventanas de esta casa entra el tiempo,
por las puertas sale el espacio;
al menor descuido ya no escucharás las señales de ruta
y de esta vida al fin, habrás perdido toda esperanza”.

5. Ese último día, antes que él mismo se extraviara
entre el desayuno y la hora del té,
advirtió para sus adentros:
“-Ahora que el tiempo se ha muerto
y el espacio agoniza en la cama de mi mujer,
desearía decir a los próximos que vienen,
que en esta casa miserable
nunca hubo ruta ni señal alguna
y de esta vida al fin, he perdido toda esperanza”.

lunes, agosto 12, 2019

Bingo - Lourdes Ramognino

Dos besos al uno,
después de risas nerviosas,
de que te sonaras los mocos,
de que no me maquillara.

Cero besos al dos. 
Muchos cafés 
y poco contacto.
Me quedé anonadada, 
aturdida. 

Dos besos al tres. 
Al principio y al final, 
y en el medio, 
un abrazo de veinte minutos. 

Un beso al cuatro, 
en un bondi a ochenta por hora,
después de que me dijeras: 
“dejémoslo acá”. 

Parate. Paro nacional. 

Dos besos al cinco y al cuello,
contra la pared del cine.
Tu sorpresa y ablande.
Mi sonrisa pícara.
En Ramón Carrillo
nos gritaron
que aflojáramos.

Muchos más cariños al seis. Muchos. 
Qué rico el Invictus. 
Se me pegó al pelo. 

Puntos múltiples de contacto al siete, 
después de que me alejaras al saludarte
y cambiaras los planes.

Al ocho, de la mano. 
Tu mano tensa. 
Fuera mano.

En el nueve, mi necedad.
Mi ceguera.
Tus “no sé, por eso”.
*Ningún no sé debe conducir a conclusiones*
Tus palabras inertes, verborrágicas
mientras te acaricio la barba.
Las letras bañadas de miel.
La noche más fría de todo el año.
El temblor y tu abrazo abrigador.
¿Ya dije mi ceguera?

Al diez no llegué. 

No me dejaste.

Una hora y cuarto de viaje. 

Trescientas
cuarenta
y
tres
lágrimas
en
el
343.

sábado, mayo 25, 2019

El romance del chulo viejo y Pepe Bombón - Daniel Salzano

Medias de seda, sombra de barba, hombre y mujer
Pepe Bombón imita a Sandro y a Luis Miguel
Las cuatro y media, hora maldita del cabaret
Whisky de Banfield, polvos tallados con la Gillette
El punto fuerte de la actuación de Pepe Bombón
Comienza cuando, como en los circos, suena un tambor
Medias de seda, sombra de barba, hombre y mujer
El arte excelso de hacer dibujos con el bretel
Sus pechos caen como melones de exposición
Sombra de barba, pechos de yegua, voz de varón
El show termina, no aplaude nadie en el cabaret
Él agradece tirando besos a la pared
Poco más tarde frente al espejo en el camarín
Se va buscando detrás del rimel y del carmín
En el vestuario de los artistas de variedades
Trazan sus mapas, llenas de penas, las humedades
Con viento en contra sale a la calle del cabaret
Tiene unas cuadras de noche espesa hasta el hotel
Le gritan: Loca, mariconazo Pepe Bombón
Sombra de barba, pechos de yegua, voz de varón
Él no responde, canta y camina hacia el hotel
Imita a Sandro, a Lola Flores y a Luis Miguel
Si no estuviera moviendo el culo tan concentrado
Advertiría rondar la muerte por todos lados
Un chulo viejo con el que tuvo una relación
Lo está esperando bajo las hiedras del paredón
No se sorprende, no se defiende, no pide ayuda
Lo supo siempre, que nadie tenga la menor duda
Escucha aplausos que se diluyen desde muy lejos
Mientras el Chulo le corta el cuello con un espejo
Las cuatro y media no es buena hora para el cuartel
La policía no tiene ganas de ir al hotel
Irán mañana cuando las luces les dejen ver
Como es de cerca la barba dura de una mujer.