Sé que me acordaré de un cielo raso / donde las manchas de humedad eran un gato, un número, una mano cortada. / Sé que me acordaré del ruido / de un water en alguna habitación lejana del hotel, / su triste catarata de bolsillo, su inevitable recurrencia. / Chacun ses madeleines, chacun ses Albertines / Serás por siempre imán de imágenes, / las más turbias y vanas me traerás con el gesto / que en la caliente oscuridad del cuarto / era encender los cigarrillos del hartazgo, / ver asomar nuestros desnudos cuerpos flanco a flanco, / Las más pequeñas turbias cosas, / una uña lastimada que te dolía tanto, el triste / rito de ir a lavarte y regresar, las servidumbres. / Tan sólo compartimos los bares y las calles / antes de amarnos contra tres espejos: / ¿qué más podría darme tu recuerdo? / Pero yo sé guardar y usar lo triste y lo barato / en el mismo bolsillo donde llevo esta vida /que ilustrará las biografías. Ve, pequeño fantasma, / el baño está ahí al lado, / yo fumaré esperándote / empezaremos otra vez. El cielo raso / dibuja un gato, un número, una mano cortada.
domingo, junio 05, 2005
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