Yo, / capitán de pájaros, / general de livianas mariposas, / estoy en Buenos Aires, / la capital del Plata, / para ser presidente / y organizar la Patria.
Detrás mío he dejado / los pueblos que me siguen, / ejércitos de alondras, / la división blindada de los cóndores, / las águilas que saben el sabor de la piedra, / calandrias, / chalchaleros, / chiriguas mañeras, / los secretos lechuzos que me pasan / la información del día y de la noche.
Tengo un millón de caballos / ¿Escucháis su relincho? / Que rodean la urbe por sus cuatro costados, / sus jinetes son muertos de Facundo, / son muertos de Ramírez, / montoneros del Chacho, / sableadores de Pringles, / domadores, / reseros, / rastreadores, / guitarreros, / espectrales jinetes que cabalgan / mi millón de caballos.
Les ruego que se rindan / que depongan las armas, / que guarden los tanques, / y encierren sus cañones, / porque mañana al mediodía / quiero estar en la Plaza de Mayo / sobre viejos balcones del Cabildo / para ser presidente y prestar juramento: / por los ríos de sangre derramada, / por los indios y los blancos muertos, / por el sol y la luna / por la tierra y el cielo / por el padre Aconcagua, / y por el Mar Oceánico / y por todas las hierbas y los bosques / y por todas las flores y los pájaros, / y por el hambre de los niños pobres, / y la tristeza de los niños ricos, / y el dolor de las jóvenes paridas, / y la agonía de los viejos. / Juro. / Yo juro. / Hacer de este país la Patria. / Ordeno que se rindan / porque mañana a mediodía / entraré a Buenos Aires. / Tengo un millón de caballos. / (¿Escucháis su relincho?) / Nadie podrá atajarme.
Antonio Esteban Agüero, La Tierra Canta 1997
Detrás mío he dejado / los pueblos que me siguen, / ejércitos de alondras, / la división blindada de los cóndores, / las águilas que saben el sabor de la piedra, / calandrias, / chalchaleros, / chiriguas mañeras, / los secretos lechuzos que me pasan / la información del día y de la noche.
Tengo un millón de caballos / ¿Escucháis su relincho? / Que rodean la urbe por sus cuatro costados, / sus jinetes son muertos de Facundo, / son muertos de Ramírez, / montoneros del Chacho, / sableadores de Pringles, / domadores, / reseros, / rastreadores, / guitarreros, / espectrales jinetes que cabalgan / mi millón de caballos.
Les ruego que se rindan / que depongan las armas, / que guarden los tanques, / y encierren sus cañones, / porque mañana al mediodía / quiero estar en la Plaza de Mayo / sobre viejos balcones del Cabildo / para ser presidente y prestar juramento: / por los ríos de sangre derramada, / por los indios y los blancos muertos, / por el sol y la luna / por la tierra y el cielo / por el padre Aconcagua, / y por el Mar Oceánico / y por todas las hierbas y los bosques / y por todas las flores y los pájaros, / y por el hambre de los niños pobres, / y la tristeza de los niños ricos, / y el dolor de las jóvenes paridas, / y la agonía de los viejos. / Juro. / Yo juro. / Hacer de este país la Patria. / Ordeno que se rindan / porque mañana a mediodía / entraré a Buenos Aires. / Tengo un millón de caballos. / (¿Escucháis su relincho?) / Nadie podrá atajarme.
Antonio Esteban Agüero, La Tierra Canta 1997
6 comentarios:
Muchas gracias por ponerle poesía a nuestros días.
Que belleza... Emocionante
UNA MARAVILLA!
Maravilloso...
gracias Daniel
A que hace referencia cada párrafo del poema? Alguien puede explicarme?
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