sábado, mayo 14, 2005

Amor condusse noi ad una morte - Xavier Villaurrutia

Amar es una angustia, una pregunta, / una suspensa y luminosa duda; / es un querer saber todo lo tuyo / y a la vez un temor de al fin saberlo.
Amar es reconstruir, cuando te alejas, / tus pasos, tus silencios, tus palabras, / y pretender seguir tu pensamiento / cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas.
Amar es una cólera secreta, / una helada y diabólica soberbia.
Amar es no dormir cuando en mi lecho / sueñas entre mis brazos que te ciñen, / y odiar el sueño en que, bajo tu frente, / acaso en otros brazos te abandonas.
Amar es escuchar sobre tu pecho, / hasta colmar la oreja codiciosa, / el rumor de tu sangre y la marea / de tu respiración acompasada.
Amar es absorber tu joven savia / y juntar nuestras bocas en un cauce / hasta que de la brisa de tu aliento / se impregnen para siempre mis entrañas.
Amar es una envidia verde y muda, / una sutil y lúcida avaricia.
Amar es provocar el dulce instante / en que tu piel busca mi piel despierta; / saciar a un tiempo la avidez nocturna / y morir otra vez la misma muerte / provisional, desgarradora, oscura.
Amar es una sed, la de la llaga / que arde sin consumirse ni cerrarse, / y el hambre de una boca atormentada / que pide más y más y no se sacia.
Amar es una insólita lujuria / y una gula voraz, siempre desierta.
Pero amar es también cerrar los ojos, / dejar que el sueño invada nuestro cuerpo / como un río de olvido y de tinieblas, / y navegar sin rumbo, a la deriva: / porque amar es, al fin, una indolencia.

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