¿Quién te persuadió a quitar / al adúltero infeliz / la nariz, pues la nariz / no te puede deshonrar? / Tonto, ¿qué has hecho en cortar / lo que sólo sabía oler? / Nada perdió tu mujer / en esto, si lo has notado, / pues al otro le ha quedado / con qué volverte a ofender.
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