Regalaré palabras al perdón de cualquiera. / Dejo mis sueños para la risa piadosa del satisfecho embrutecido. / Mi parodia de gentil ciudadano, respetuoso de las leyes y costumbres, la deposito en la estadística, en las boletas, en las agendas que llevan los dueños, los poderes, los gobiernos, los jefes de algo y los patrones de la nada. / Dejo mis amores perdidos a las viudas castas. / Mi pasión imposible a las prostitutas vírgenes. / Mi ausencia al que quiera ocupar un puesto de mendigo. / Mi sensibilidad a los verdugos. / Mi letra clara para los que firman sentencias y deciden la muerte del hermano. / Para los incendiarios, mis libros y carpetas de versos congelados en la cerguenza de mostrarlos. / Para los revolucionarios, la libertad que no tuve. / Lo que quise destruir y nunca pude, se lo dejo a mi hija: la tristeza y un nombre... / A mis amigos les dejo mis amigos. / A mi mujer, la esperanza de encontrarnos nuevamente en la raiz de la inocencia que provocó el primer beso. / A Dios, mi deseo de encontrarlo. / A mis enemigos, la gratitud por dejarme una conducta. / A los seres puros, mi respeto. / Y a quienes quieran perdonar, esa carcajada que un día planté en la tierra del silencio.
domingo, mayo 01, 2005
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