Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, / te pareces al mundo en su actitud de entrega. / Mi cuerpo de labriego salvaje te socava y hace saltar el hijo del fondo de la tierra. / Fui solo como un túnel. De mi huían los pájaros, / y en mi la noche entraba su invasión poderosa. / Para sobrevivirme te forje como una arma, / como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda. / Pero cae la hora de la venganza, y te amo. / Cuerpo de piel, de musgo, de leche vida y firme. / ¡Ah, los vasos del pecho! / ¡Ah, los ojos de la ausencia! ¡Ah, las rosas del pubis! / ¡Ah, tu voz lenta y triste! / Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia. / ¡Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso! / Oscuros cauces donde la sed eterna sigue y la fatiga sigue, y el dolor infinito.
domingo, mayo 22, 2005
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